Utilización de las plantas con fines medicinales para la prevención, mejoría y tratamiento de enfermedades.
Desde tiempos remotos el hombre ha utilizado las plantas para la alimentación y tratamiento de dolencias de distinta índole, siguiendo un método totalmente empírico.
La fitoterapia tuvo sus épocas de esplendor con los egipcios, griegos, romanos y árabes. Su saber se ha transmitido a lo largo de los tiempos hasta nuestros días, donde todavía tienen vigencia.
Se pueden distinguir dos fuertes corrientes que se apoyan mutuamente: la Fitoterapia clásica, enraizada en el conocimiento ancestral y popular, y la Fitomedicina, creada sobre investigación científica. En muchos casos la ciencia moderna, a través de la farmacognosia, la fitoquímica y la biología molecular han certificado lo que el saber popular sostuvo durante siglos.
La gran ventaja de la utilización de las plantas medicinales con respecto a las drogas de síntesis, es que en la planta los principios activos se hallan siempre equilibrados por la presencia de sustancias complementarias, que van a potenciarse entre si, de forma que, en su inmensa mayoría, no se acumulan en el organismo, disminuyendo las reacciones adversas por toxicidad, y efectos secundarios.
Según cifras de la OMS (1994), casi el 80% de la población mundial depende para su atención primaria de salud, del uso de plantas medicinales.
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